Aveces escribo cosas así por puro divertimento, para nada es algo intelectual, poesía o lo que mierda sea.
La vida; ¿regalo o castigo?
Un regalo, el más siniestro regalo jamás concebido.
Aquel regalo imponente y hambriento de intereses
Una serpiente fugaz que entorpece la ecuanimidad del no ser
Un grito de la irracionalidad que clama con vehemencia la mutabilidad
Un lúgubre despertar...
El proceso transcurre
La oscuridad impasible se torna luz
El intransigente tiempo abre sus insaciables colmillos
La luminosidad de la existencia alumbra bajo los proyectores de los sentidos el universo en su totalidad
Y dijo el cerebro, háganse los cielos y la tierra...
Arrojado, frente a la insondable naturaleza
Impotente ser subyugado a las leyes de una física aterradora
Se sumerge en su entendimiento anhelando una escapatoria ante terrible escenario
Y tras el telon de una mentira risible, se esconde una macabra verdad
Y como lo facil es inadmisible a la mente, busca la salida en una nueva puerta, una enigmática y más compleja de comprender.
Va al encuentro de sus contemporáneos, aquellos seres encarcelados en una corporeidad que arroja desprecio.
Los contempla con la pasividad de un atardecer
Pero en un momento su conciencia le advierte un suceso
Que el es el único poseso de la misma y reflexiona en consecuencia
Un rebaño sin precedentes hace acto de presencia
Los imberbes gregarios demandan su alma, pura por naturaleza
Frente a su agudeza intelectual y su espíritu creador, el ser setencia:
¡Oh rebaño! ¡Corrupción del espirtu¡. Vierto todas mis esperanzas en el sendero solitario.
Arrogancia impregna sus inocentes cuerpos
Un dios encolerizado aposenta su carnalidad
El hedor de su egoísmo subliminal clama al cielo
La banalidad de su existencia desemboca en el sofisma de una nueva oportunidad
La verdad procede de la excelencia
Y la excelencia no siempre estimula la vida
"Ser o no ser, esa es la cuestion" pregono un poseso de excelencia
Yo refuto: Conocer o no conocer, esa es la cuestión
Del conocimiento se desprenden grandes soluciones a grandes problemas
Pero el precio de ello es la crucifixión de Dios y de todo valor equivalente
Sin inmortalidad la virtud carece de cimiento
Y sin cimiento, todo es permisible en el inmensurable espacio vacío
La justicia es venganza impersonal
La navaja centellante gira de la mano tímida e imbecil del individuo
Tomandola las garras metafísicas de una entidad que se arroga juez de la naturaleza
¡Bienvenida. Oh, nueva deidad de los siglos, gran panoptico terrenal!
Y el suicidio hace eco en el análisis racional
Si para cada acto, recuerdo o nimiedad la muerte aborta cada esperanza de más.
¿Para que seguir? Mejor abstenerse que sentir
Y más loable es inexistir que sufrir y vivir
Lo tradicional se resquebraja
Y tras su impudico tapizado la negrura de la realidad sale a nuestro encuentro
El arma del teologo se volvió en su contra
Y dio muerte a sus propios pregoneros
Dios no ha muerto
Su figura aún la traza la mente de una cuantía escalofriante de personas
Su sangre aún se derrama sobre la libertad del individuo
Agonizante, bajo las asesinas garras de la razon, Dios suspira: moralidad...
La vida; ¿regalo o castigo?
Un regalo, el más siniestro regalo jamás concebido.
Aquel regalo imponente y hambriento de intereses
Una serpiente fugaz que entorpece la ecuanimidad del no ser
Un grito de la irracionalidad que clama con vehemencia la mutabilidad
Un lúgubre despertar...
El proceso transcurre
La oscuridad impasible se torna luz
El intransigente tiempo abre sus insaciables colmillos
La luminosidad de la existencia alumbra bajo los proyectores de los sentidos el universo en su totalidad
Y dijo el cerebro, háganse los cielos y la tierra...
Arrojado, frente a la insondable naturaleza
Impotente ser subyugado a las leyes de una física aterradora
Se sumerge en su entendimiento anhelando una escapatoria ante terrible escenario
Y tras el telon de una mentira risible, se esconde una macabra verdad
Y como lo facil es inadmisible a la mente, busca la salida en una nueva puerta, una enigmática y más compleja de comprender.
Va al encuentro de sus contemporáneos, aquellos seres encarcelados en una corporeidad que arroja desprecio.
Los contempla con la pasividad de un atardecer
Pero en un momento su conciencia le advierte un suceso
Que el es el único poseso de la misma y reflexiona en consecuencia
Un rebaño sin precedentes hace acto de presencia
Los imberbes gregarios demandan su alma, pura por naturaleza
Frente a su agudeza intelectual y su espíritu creador, el ser setencia:
¡Oh rebaño! ¡Corrupción del espirtu¡. Vierto todas mis esperanzas en el sendero solitario.
Arrogancia impregna sus inocentes cuerpos
Un dios encolerizado aposenta su carnalidad
El hedor de su egoísmo subliminal clama al cielo
La banalidad de su existencia desemboca en el sofisma de una nueva oportunidad
La verdad procede de la excelencia
Y la excelencia no siempre estimula la vida
"Ser o no ser, esa es la cuestion" pregono un poseso de excelencia
Yo refuto: Conocer o no conocer, esa es la cuestión
Del conocimiento se desprenden grandes soluciones a grandes problemas
Pero el precio de ello es la crucifixión de Dios y de todo valor equivalente
Sin inmortalidad la virtud carece de cimiento
Y sin cimiento, todo es permisible en el inmensurable espacio vacío
La justicia es venganza impersonal
La navaja centellante gira de la mano tímida e imbecil del individuo
Tomandola las garras metafísicas de una entidad que se arroga juez de la naturaleza
¡Bienvenida. Oh, nueva deidad de los siglos, gran panoptico terrenal!
Y el suicidio hace eco en el análisis racional
Si para cada acto, recuerdo o nimiedad la muerte aborta cada esperanza de más.
¿Para que seguir? Mejor abstenerse que sentir
Y más loable es inexistir que sufrir y vivir
Lo tradicional se resquebraja
Y tras su impudico tapizado la negrura de la realidad sale a nuestro encuentro
El arma del teologo se volvió en su contra
Y dio muerte a sus propios pregoneros
Dios no ha muerto
Su figura aún la traza la mente de una cuantía escalofriante de personas
Su sangre aún se derrama sobre la libertad del individuo
Agonizante, bajo las asesinas garras de la razon, Dios suspira: moralidad...
