Soy Eric y tengo 12 años, mi familia siempre está mudándose de un lugar a otro, en estos momentos nos encontramos en un pequeño pueblo, la verdad este lugar me gusta mucho y he hecho muchos amigos, me gustaría quedarme pero igual que siempre llegó el momento de marcharnos, así que decidí avisarles a mis amigos antes de irme ya que probablemente nunca los vuelva a ver.
–No puede ser, ¿enserio te irás? –reprochó un chico de cabello negro y ojos azules, él es mí mejor amigo en este lugar, su nombre es Tomas.
–Pero regresarás, ¿cierto? –dijo una niña pelirroja tomándome de la mano la cual se llama María.
–No lo sé, por lo general nunca volvemos a los lugares donde hemos estado–respondí con tristeza
– ¿Cuándo te irás? –preguntó un chico de cabello rubio, su nombre es Steven
–Pasado mañana–respondí
–Bueno, mañana es tu último día aquí, así que haremos esto, mañana a las 10 de la noche nos reuniremos todos enfrente de la casa abandonada
– ¿Por qué quieres que vayamos a ese lugar y para más tan tarde en la noche? –preguntó Tomas
–Ya lo verás
Y así los cuatro nos reunimos a la hora que dijo Steven enfrente de la casa abandonada
– ¿Para qué trajiste esa muñeca? –preguntó María al ver que Steve traía una muñeca en su mano derecha y en la izquierda traía una bolsa con algunas cosas
–Esto es para el ritual–respondió sonriente
– ¿Ritual? –exclame confundido
– ¿Qué es exactamente lo tienes planeado Steven? –dijo Tomas algo inseguro
–Nosotros jugaremos a las escondidas
Después de eso todos entramos a la casa y nos dirigimos a una habitación vacía, Steven encendió varias velas dejando así la habitación como el único lugar de la casa que estaba iluminado, luego empezó hacer algo raro con la muñeca y las cosas que trajo, supongo que ese es el ritual del que hablo al terminar ato un hilo rojo en la muñeca y con sal dibujo una línea en la puerta de la habitación.
–Bueno ahora todos se esconderán y yo los buscar, ¿entienden?, Tomas tu esconderás la muñeca–le dio la muñeca a Tomas y este la tomo y asintió con la cabeza.
Steven empezó a contar y todos nos fuimos a esconder, después de que Steve terminó de contar nos empezó a buscar, no tardó mucho tiempo en encontrarnos a todos.
–Entonces eso es todo–dijo María con un poco de miedo, se notaba que se sentía incomoda estando en ese lugar.
–No, todavía falta la muñeca–respondió serio– ¿dónde la escondiste? –dijo mirando a Tomas
–En la habitación arriba de las escaleras-después de que Tomas dijo eso Steven subió y al poco tiempo regreso
–La muñeca ya no está ahí
– ¿Qué?-dijo aterrada la chica pelirroja
– ¿Cómo que no está ahí? –pregunté incrédulo
–Si quieres puedes ir a ver, pero no encontrarás nada-diciendo eso miro su reloj–solo nos quedan 40 minutos
– ¿40 minutos?, ¿De que estas hablando? –exclamo Tomas
–Este juego tiene un límite de tiempo de 1 hora, así que sí queremos que nada malo pase tenemos que encontrar la muñeca-todos nos quedamos observando a Steven sorprendidos por lo que acababa de decir, posterior mente nos pusimos a buscar la muñeca, Steve y Tomas se fueron por su parte y María vino con migo ya que estaba demasiado asustada para ir sola.
–Eric, todo estará bien ¿verdad? –dijo la niña con vos temblorosa
–No te preocupes seguro y encontramos la muñeca
Después de un rato buscando, todos nos volvimos a reunir en el primer piso, ninguno había logrado encontrar la muñeca y el tiempo había acabado
– ¿Ahora qué haremos?-pregunte un poco asustado, maría se aferraba de mi brazo fuertemente
–Nada, solo nos iremos y ya, este es un estúpido juego–exclamo Tomas
–No, tenemos que terminar el juego-dijo Steve, de pronto se empezaron a escuchar pisadas en el piso de arriba, eran golpes suaves pero después de unos segundo se empezaron a escuchar más fuerte, unas fuerte pisadas.
–Creí que estábamos solo nosotros en esta casa–dije mirando a Steven
–Tengo miedo–dijo maría aferrándose más a mi
–Es la muñeca–respondió Steven mientras miraba al techo
– ¡¿LA MUÑECA?! Dinos de una vez que mierda está pasando aquí–dijo Tomas tomando a Steven por el cuello de la camisa
–Solo cálmate, tenemos que encontrar la muñeca antes de que algo malo pase–respondió mirándonos a todos
De pronto Steven y Tomas tenían una mirada de miedo en sus rostros, no entendíamos por qué pero al voltear lentamente hacia atrás, abrí los ojos como platos al encontrar que justo atrás de nosotros se encontraba lo que parecía una sombra con la forma humana, todos salimos corriendo rápidamente, yo sujetaba fuertemente a María mientras corría sin soltar su mano.
–Tenemos que llegar a la habitación ahí estaremos seguros-grito Steve, pero el problema era que nos habíamos alejado demasiando de esa habitación, de pronto nos encontrábamos perdidos sin saber qué dirección tomar, María se encontraba hundida en el miedo y lloraba sin parar, yo solo intentaba calmarla.
–Maldición por donde tenemos que ir–dijo Tomas observando por todos lados
De pronto escuchamos un ruido y todos volteamos hacia la dirección de donde venía, era un gran espejo que se encontraba justo en medio de la habitación donde nos encontrábamos
–Ese espejo no estaba ahí cuando entramos–susurro Steven
Repentinamente algo empezó a surgir del espejo, lo que parecía una mano, poco apoco podíamos ver como una figura femenina salía del espejo, cuyo rostro no se podía ver debido a su largo cabello, empezamos a retroceder con lentitud, pero inesperadamente el cabello de esa extraña mujer se estiro hasta sujetar el pie de maría y comenzar a jalar de ella.
–Aaaaah, no me sueltes–grito María con lágrimas en sus ojos, yo la sostenía lo más fuerte que podía, Steven y Tomas me estaba ayudando pero esa extraña figura jalaba aún más fuerte, parecía querer meter a maría dentro del espejo, de pronto Tomas salió corriendo de la habitación dejándonos solos.
–TSK, es un cobarde–exclamo Steven molesto
–Por favor no me suelten–dijo entre llantos la pelirroja
–No lo haremos–dije para calmarla aunque creo que eso sería algo en vano debido a la situación, sin esperarlo tomas volvió con un cuchillo en la mano y de un solo tajo corto el cabello que sostenía el pie de maría.
Todos salimos corriendo, pero justo en frente de nosotros apareció nuevamente aquella sombra que habíamos visto al principio, tomamos otro camino evadiendo esa extraña sombra pero al voltear atrás observamos cómo nos venía siguiendo a una gran velocidad retorciéndose mientras se acercaba a nosotros, pudimos ver la habitación y corrimos muchos más rápido hasta que logramos llegar a ella, pero al estar dentro, note que Tomas no estaba y al ver fuera se encontraba en el piso tirado, las tablas del suelo se habían roto y ahora una de sus piernas estaba atorada.
–Tenemos que ir por el–dije dirigiéndome hacia la puerta pero Steven la cerro de un portazo-que te pasa, abre la puerta–exclame molesto
–Si la abrimos quien sabe lo que pasara–respondió serio
–Chicos ábranme, ábranme–se escuchaba la voz de Tomas desde el otro lado, rápidamente tome el pomo de la puerta para abrirla pero Steven me detuvo
–Si la abres, juro que te golpeare
–Acaso estás loco, tenemos que dejar entrar a Tomas
-AAAAAAAAAAAAAAAAAH-un grito ensordecedor que hizo que se me helara la sangre recorrió todo el lugar
–TOMAS–grite abriendo la puerta, pero no había nadie
–Esta es nuestra oportunidad, vámonos–dijo Steven dirigiéndose a la salida
– ¿Pero qué hay de Tomas?
–El ya no está aquí- exclamo para luego salir de la casa
–Vámonos–dijo María mientras me jalaba del brazo, comencé a caminar hacia la salida mirando atrás y con pequeñas lagrimas que rodaban por mis mejillas
–Lo siento…Tomas–dije en un susurro inaudible para los demás
Al día siguiente mi familia se preparaba para el viaje, los vecinos parecían inquietos e iban de un lugar a otro
– ¿qué está pasando? –pregunto mi madre preocupada
–Parece que anoche desapareció un niño-respondió mi padre serio
– ¿De veras?, ¿no de veríamos ayudar?
–No podemos, tenemos que irnos ya
Así todos subimos al auto y salimos del pueblo, yo miraba por la ventanilla del auto como poco a poco nos alejábamos, nunca olvidaré lo que pasó esa noche, la noche en la que jugamos a las escondidas.
–No puede ser, ¿enserio te irás? –reprochó un chico de cabello negro y ojos azules, él es mí mejor amigo en este lugar, su nombre es Tomas.
–Pero regresarás, ¿cierto? –dijo una niña pelirroja tomándome de la mano la cual se llama María.
–No lo sé, por lo general nunca volvemos a los lugares donde hemos estado–respondí con tristeza
– ¿Cuándo te irás? –preguntó un chico de cabello rubio, su nombre es Steven
–Pasado mañana–respondí
–Bueno, mañana es tu último día aquí, así que haremos esto, mañana a las 10 de la noche nos reuniremos todos enfrente de la casa abandonada
– ¿Por qué quieres que vayamos a ese lugar y para más tan tarde en la noche? –preguntó Tomas
–Ya lo verás
Y así los cuatro nos reunimos a la hora que dijo Steven enfrente de la casa abandonada
– ¿Para qué trajiste esa muñeca? –preguntó María al ver que Steve traía una muñeca en su mano derecha y en la izquierda traía una bolsa con algunas cosas
–Esto es para el ritual–respondió sonriente
– ¿Ritual? –exclame confundido
– ¿Qué es exactamente lo tienes planeado Steven? –dijo Tomas algo inseguro
–Nosotros jugaremos a las escondidas
Después de eso todos entramos a la casa y nos dirigimos a una habitación vacía, Steven encendió varias velas dejando así la habitación como el único lugar de la casa que estaba iluminado, luego empezó hacer algo raro con la muñeca y las cosas que trajo, supongo que ese es el ritual del que hablo al terminar ato un hilo rojo en la muñeca y con sal dibujo una línea en la puerta de la habitación.
–Bueno ahora todos se esconderán y yo los buscar, ¿entienden?, Tomas tu esconderás la muñeca–le dio la muñeca a Tomas y este la tomo y asintió con la cabeza.
Steven empezó a contar y todos nos fuimos a esconder, después de que Steve terminó de contar nos empezó a buscar, no tardó mucho tiempo en encontrarnos a todos.
–Entonces eso es todo–dijo María con un poco de miedo, se notaba que se sentía incomoda estando en ese lugar.
–No, todavía falta la muñeca–respondió serio– ¿dónde la escondiste? –dijo mirando a Tomas
–En la habitación arriba de las escaleras-después de que Tomas dijo eso Steven subió y al poco tiempo regreso
–La muñeca ya no está ahí
– ¿Qué?-dijo aterrada la chica pelirroja
– ¿Cómo que no está ahí? –pregunté incrédulo
–Si quieres puedes ir a ver, pero no encontrarás nada-diciendo eso miro su reloj–solo nos quedan 40 minutos
– ¿40 minutos?, ¿De que estas hablando? –exclamo Tomas
–Este juego tiene un límite de tiempo de 1 hora, así que sí queremos que nada malo pase tenemos que encontrar la muñeca-todos nos quedamos observando a Steven sorprendidos por lo que acababa de decir, posterior mente nos pusimos a buscar la muñeca, Steve y Tomas se fueron por su parte y María vino con migo ya que estaba demasiado asustada para ir sola.
–Eric, todo estará bien ¿verdad? –dijo la niña con vos temblorosa
–No te preocupes seguro y encontramos la muñeca
Después de un rato buscando, todos nos volvimos a reunir en el primer piso, ninguno había logrado encontrar la muñeca y el tiempo había acabado
– ¿Ahora qué haremos?-pregunte un poco asustado, maría se aferraba de mi brazo fuertemente
–Nada, solo nos iremos y ya, este es un estúpido juego–exclamo Tomas
–No, tenemos que terminar el juego-dijo Steve, de pronto se empezaron a escuchar pisadas en el piso de arriba, eran golpes suaves pero después de unos segundo se empezaron a escuchar más fuerte, unas fuerte pisadas.
–Creí que estábamos solo nosotros en esta casa–dije mirando a Steven
–Tengo miedo–dijo maría aferrándose más a mi
–Es la muñeca–respondió Steven mientras miraba al techo
– ¡¿LA MUÑECA?! Dinos de una vez que mierda está pasando aquí–dijo Tomas tomando a Steven por el cuello de la camisa
–Solo cálmate, tenemos que encontrar la muñeca antes de que algo malo pase–respondió mirándonos a todos
De pronto Steven y Tomas tenían una mirada de miedo en sus rostros, no entendíamos por qué pero al voltear lentamente hacia atrás, abrí los ojos como platos al encontrar que justo atrás de nosotros se encontraba lo que parecía una sombra con la forma humana, todos salimos corriendo rápidamente, yo sujetaba fuertemente a María mientras corría sin soltar su mano.
–Tenemos que llegar a la habitación ahí estaremos seguros-grito Steve, pero el problema era que nos habíamos alejado demasiando de esa habitación, de pronto nos encontrábamos perdidos sin saber qué dirección tomar, María se encontraba hundida en el miedo y lloraba sin parar, yo solo intentaba calmarla.
–Maldición por donde tenemos que ir–dijo Tomas observando por todos lados
De pronto escuchamos un ruido y todos volteamos hacia la dirección de donde venía, era un gran espejo que se encontraba justo en medio de la habitación donde nos encontrábamos
–Ese espejo no estaba ahí cuando entramos–susurro Steven
Repentinamente algo empezó a surgir del espejo, lo que parecía una mano, poco apoco podíamos ver como una figura femenina salía del espejo, cuyo rostro no se podía ver debido a su largo cabello, empezamos a retroceder con lentitud, pero inesperadamente el cabello de esa extraña mujer se estiro hasta sujetar el pie de maría y comenzar a jalar de ella.
–Aaaaah, no me sueltes–grito María con lágrimas en sus ojos, yo la sostenía lo más fuerte que podía, Steven y Tomas me estaba ayudando pero esa extraña figura jalaba aún más fuerte, parecía querer meter a maría dentro del espejo, de pronto Tomas salió corriendo de la habitación dejándonos solos.
–TSK, es un cobarde–exclamo Steven molesto
–Por favor no me suelten–dijo entre llantos la pelirroja
–No lo haremos–dije para calmarla aunque creo que eso sería algo en vano debido a la situación, sin esperarlo tomas volvió con un cuchillo en la mano y de un solo tajo corto el cabello que sostenía el pie de maría.
Todos salimos corriendo, pero justo en frente de nosotros apareció nuevamente aquella sombra que habíamos visto al principio, tomamos otro camino evadiendo esa extraña sombra pero al voltear atrás observamos cómo nos venía siguiendo a una gran velocidad retorciéndose mientras se acercaba a nosotros, pudimos ver la habitación y corrimos muchos más rápido hasta que logramos llegar a ella, pero al estar dentro, note que Tomas no estaba y al ver fuera se encontraba en el piso tirado, las tablas del suelo se habían roto y ahora una de sus piernas estaba atorada.
–Tenemos que ir por el–dije dirigiéndome hacia la puerta pero Steven la cerro de un portazo-que te pasa, abre la puerta–exclame molesto
–Si la abrimos quien sabe lo que pasara–respondió serio
–Chicos ábranme, ábranme–se escuchaba la voz de Tomas desde el otro lado, rápidamente tome el pomo de la puerta para abrirla pero Steven me detuvo
–Si la abres, juro que te golpeare
–Acaso estás loco, tenemos que dejar entrar a Tomas
-AAAAAAAAAAAAAAAAAH-un grito ensordecedor que hizo que se me helara la sangre recorrió todo el lugar
–TOMAS–grite abriendo la puerta, pero no había nadie
–Esta es nuestra oportunidad, vámonos–dijo Steven dirigiéndose a la salida
– ¿Pero qué hay de Tomas?
–El ya no está aquí- exclamo para luego salir de la casa
–Vámonos–dijo María mientras me jalaba del brazo, comencé a caminar hacia la salida mirando atrás y con pequeñas lagrimas que rodaban por mis mejillas
–Lo siento…Tomas–dije en un susurro inaudible para los demás
Al día siguiente mi familia se preparaba para el viaje, los vecinos parecían inquietos e iban de un lugar a otro
– ¿qué está pasando? –pregunto mi madre preocupada
–Parece que anoche desapareció un niño-respondió mi padre serio
– ¿De veras?, ¿no de veríamos ayudar?
–No podemos, tenemos que irnos ya
Así todos subimos al auto y salimos del pueblo, yo miraba por la ventanilla del auto como poco a poco nos alejábamos, nunca olvidaré lo que pasó esa noche, la noche en la que jugamos a las escondidas.