Unas mierdas que escribí sin siquiera detenerme a pensar, después de una noche de insomnio y paranoia
Me duele en demasia la noche
No logro conciliar el sueño
El devastador tornado del pensamiento que, con sus vientos huracanados irrumpe en mi insuficiente conciencia
Despeja dudas, pero genera más preguntas.
"Dichoso el hombre de confianza ciega" escribe en forma de palabras mi mente en las eternas paginas de mi desdicha
Mi mente ambiciosa descifra los acertijos de escala más elevada
Y mi corazón, con los eslabones de la esperanza, concaneta las cadenas del idealismo
Cadenas temporales son, efímeras y provisionales
De noche, la chispa dubitativa de la razón comienza a incinerar sus hierros
A fuego lento consume la arboleada paradisíaca creada por mi inocente corazón
Y la realidad se desvela como un ingenuo mundo fantasmagorico
No soporto ya mas el peso de la duda
Mi frágil conciencia comienza a agrietarse.
Demasiada presión para tan reducido espacio
De los ojos se despliegan desilusionadas lágrimas
Consecuentes a un corazón derrotista, que se derrite en la medida que su mundo se derrumba
¡Ya no quiero verte!
Una soledad infranqueable y tormentosa es, en demasia, más gratificante que un mundo de fantasmas
Un mundo temporal, sucio y cambiante.
Un mundo sadico, que sólo da para quitarte y que con ello acarrees la nostalgia de aquel "Buen momento"
No vuelvas a corromperme, creadora de sueños.
No cuelgues sobre mis ávidos ojos el velo impulcro que antaño supe destruir
Si voy a morir, lo haré de frente.
Ya que la valía de un hombre se mide por la cuantía de verdad que es capaz de soportar.
Me creía suspendido por encima del rebaño
El vulgo solo sabe pulular en el redil de la superstición.
Pero yo, doble idiota, incurri en su error.
Teniendo la más excelsa libertad espiritual, corte mis alas en un acto desesperado y caí en aquella tierra del "todo es posible"
¡Oh, ingenuo corazón y fracasada razón!
El uno me miente y la otra me flagela con el denso latigo del "así es, fue y sera"
Las heridas de aquellos duros azotes no supuran.
Los gusanos del odio reclaman mi áspera carne podrida.
Y en la víspera de mi muerte, mi alma suelta su último halito desahuciado:
El sentimiento constituye al ser. Sin ser nada hay. Y si no me es dable amar, ¿Porque no odiar?
Una fuerza extrasensorial aterriza sobre la lucidez de mi alma.
Fuerza impelida hacia los gratificantes pecados más aberrantes.
"Unas copas, un cigarro, libertad y a por su realizacion" sentencia mi ego.
Esta noche el fuego del infierno vivificado cargo en mi espalda.
La filosa y hambrienta espada del karma desembainada.
Una mente inmovil que no parpadea jamás. La cual pende de un halo con siglos de moho y moscas acechando a su al rededor.
Y en la altura de mis ansias de verte arder, tu arrepentimiento se me presenta como un desecho infinitesimal
Iré a tu encuentro, asesina de esperanzas.
Tu yugular será la primera obra de arte de mi displacente daga enponzoñada.
Tus gritos desgarradores serán el acicate de mi extasis.
Tu desangrado será prueba benigna de la realización de mi desesperacion.
Y el detener de tus latidos, será la serenata con la que me deleitare durante mil noches.
Me duele en demasia la noche
No logro conciliar el sueño
El devastador tornado del pensamiento que, con sus vientos huracanados irrumpe en mi insuficiente conciencia
Despeja dudas, pero genera más preguntas.
"Dichoso el hombre de confianza ciega" escribe en forma de palabras mi mente en las eternas paginas de mi desdicha
Mi mente ambiciosa descifra los acertijos de escala más elevada
Y mi corazón, con los eslabones de la esperanza, concaneta las cadenas del idealismo
Cadenas temporales son, efímeras y provisionales
De noche, la chispa dubitativa de la razón comienza a incinerar sus hierros
A fuego lento consume la arboleada paradisíaca creada por mi inocente corazón
Y la realidad se desvela como un ingenuo mundo fantasmagorico
No soporto ya mas el peso de la duda
Mi frágil conciencia comienza a agrietarse.
Demasiada presión para tan reducido espacio
De los ojos se despliegan desilusionadas lágrimas
Consecuentes a un corazón derrotista, que se derrite en la medida que su mundo se derrumba
¡Ya no quiero verte!
Una soledad infranqueable y tormentosa es, en demasia, más gratificante que un mundo de fantasmas
Un mundo temporal, sucio y cambiante.
Un mundo sadico, que sólo da para quitarte y que con ello acarrees la nostalgia de aquel "Buen momento"
No vuelvas a corromperme, creadora de sueños.
No cuelgues sobre mis ávidos ojos el velo impulcro que antaño supe destruir
Si voy a morir, lo haré de frente.
Ya que la valía de un hombre se mide por la cuantía de verdad que es capaz de soportar.
Me creía suspendido por encima del rebaño
El vulgo solo sabe pulular en el redil de la superstición.
Pero yo, doble idiota, incurri en su error.
Teniendo la más excelsa libertad espiritual, corte mis alas en un acto desesperado y caí en aquella tierra del "todo es posible"
¡Oh, ingenuo corazón y fracasada razón!
El uno me miente y la otra me flagela con el denso latigo del "así es, fue y sera"
Las heridas de aquellos duros azotes no supuran.
Los gusanos del odio reclaman mi áspera carne podrida.
Y en la víspera de mi muerte, mi alma suelta su último halito desahuciado:
El sentimiento constituye al ser. Sin ser nada hay. Y si no me es dable amar, ¿Porque no odiar?
Una fuerza extrasensorial aterriza sobre la lucidez de mi alma.
Fuerza impelida hacia los gratificantes pecados más aberrantes.
"Unas copas, un cigarro, libertad y a por su realizacion" sentencia mi ego.
Esta noche el fuego del infierno vivificado cargo en mi espalda.
La filosa y hambrienta espada del karma desembainada.
Una mente inmovil que no parpadea jamás. La cual pende de un halo con siglos de moho y moscas acechando a su al rededor.
Y en la altura de mis ansias de verte arder, tu arrepentimiento se me presenta como un desecho infinitesimal
Iré a tu encuentro, asesina de esperanzas.
Tu yugular será la primera obra de arte de mi displacente daga enponzoñada.
Tus gritos desgarradores serán el acicate de mi extasis.
Tu desangrado será prueba benigna de la realización de mi desesperacion.
Y el detener de tus latidos, será la serenata con la que me deleitare durante mil noches.
