Los Caníbales de Garanhuns

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GARANHUNS, PERNAMBUCO, BRASIL

Garanhuns parece un paraíso. Rodeada por siete colinas, y con un clima templado en verano que contrasta con otras ciudades del estado de Pernambuco, esta ciudad de poco más de 113 mil habitantes suele ser llamada "Suiza Pernambucana" y "Ciudad de las Flores" gracias a su aire bucólico. "Dice la sabiduría popular del pueblo en el corazón del Agreste Pernambucano que quien bebe agua de Garanhuns, un día volverá," describe la prefectura. El que fuera el lugar de nacimiento del mejor expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también fue escenario de una de las historias más macabras de la década de 2010


Es normal que la gente crea que los asesinos seriales son genios del crimen, pero en realidad muchos de ellos son atrapados gracias a sus propios errores —los más básicos del mundo—. Los tres asesinos de Pernambuco no fueron la excepción. Sus crímenes fueron descubiertos por un error muy tonto.
Ya tenía tiempo que la población de Garanhuns reclamaba que la policía no lograba encontrar a dos mujeres que habían desaparecido sin dejar rastro. Giselly Helena da Silva, de 31 años, desapareció el 25 de febrero de 2012. Era una mujer bonita y sonriente, conocida en la ciudad como "Geisa de los Panfletos" debido a su profesión. Tenía familia, amigos y empleo. No había un solo motivo plausible para que simplemente se fuera. La otra mujer era Alexandra Falcão da Silva de 20 años. Era joven, con familia y estaba en busca de empleo en la ciudad para mantenerse. Desapareció el 12 de marzo después de hablar con su madre y decirle que trabajaría como empleada doméstica ganando más de un salario mínimo.
La primera pista llegó por correspondencia. La familia de Giselly se extrañó al recibir un recibo de la tarjeta de crédito de la chica. Dos días después de su desaparición se hicieron compras a su nombre, en cinco tiendas de la ciudad. No tenía sentido. La familia llamó a la policía.
Las autoridades revisaron las cámaras de seguridad de las tiendas que aparecían en el recibo, y en lugar de Giselly se veía una pareja desconocida para la familia. Después de investigar, consiguieron una dirección en el barrio Jardim Petrópolis, a donde llegaron siguiendo las evidencias. La policía no esperaba abrir una caja macabra de Pandora.
En abril, la policía encontró a tres adultos en una casa: Jorge Beltrão Negromonte da Silveira, Isabel Cristina Torreão Pires y Bruna Cristina Oliveira da Silva. Había también una niña pequeña, identificada como hija de Jorge y Bruna. Asustada, la niña apuntó al patio trasero, indicando el lugar donde se encontraban los cuerpos de las dos mujeres asesinadas por el trío.
Giselly fue atraída a esa casa por medio de Isabel, una señora canosa de mayor edad de la que aparentaba, quien la a ayudaría a conocer más la palabra de Dios.
Ahí, conoció a Bruna, luego la llevaron al interior del lugar sin saber que Jorge ya la estaba esperando. De manera sorpresiva, Jorge golpeó el cuello de la víctima, y con ayuda de Bruna, la arrastró hasta el baño donde la descuartizaron y le extrajeron la carne de los muslos, los brazos, las nalgas y el hígado para luego almacenarla en el congelador.
Alexandra pasó por lo mismo. Fue atraída por una propuesta de empleo para trabajar como empleada doméstica en la casa, y ahí la degollaron. Los restos mortales de las mujeres fueron encontrados en fosas de un metro y medio en el jardín. Alexandra fue enterrada con sus documentos y Giselly con su propia fotografía.
Ya en la comisaría, Isabel cedió a la presión de los investigadores y contó cómo ocurrieron las muertes, que planeaban matar a dos mujeres más y que la carne extraída de las víctimas no solo sirvió para alimentar al trío y a la niña que vivía con ellos, sino que también se la vendieron a habitantes incautos de la ciudad.
Sin perder ni un segundo, la prensa se concentró en descubrir quiénes eran las tres personas responsables de los brutales crímenes. Con la ayuda del diario de Jorge fue posible llegar a entender la dinámica del trío caníbal.

EL DIARIO DE JORGE:

"Muchas veces me pregunté si mi mente estaba sana; me lo preguntaba delante del espejo, y mi reflejo me respondía diciendo que una persona normal no hablaría con una imagen en el espejo", escribió Jorge en su libro Revelaciones de un esquizofrénico. El libro tiene 34 capítulos y un poco más de 50 páginas, en las que Jorge relata las alucinaciones que sufría provocadas por la esquizofrenia que padece desde pequeño.

COMO EMPEZÓ TODO:

No hay otras narrativas disponibles sobre Jorge Beltrão más allá de lo que narró en su pequeño diario. No hay, además, cómo separar la verdad de las mentiras y de las alucinaciones. Lo que se sabe con base en eso es que Jorge nació en Recife (PE), se graduó en Educación Física en la Universidad de Pernambuco (UPE), y dio clases de Karate.
Cuando era niño cuenta que tuvo dos amigos, uno negro y otro blanco, que lo esperaban en el patio de su casa para jugar después de la escuela en un mundo de aventuras y fantasías "huyendo de monstruos negros y de los fantasmas que pasaban como flechas". También recuerda a pequeñas mujeres tocando bandolines debajo del fregadero mientras su madre lavaba los trastos, y que él se reía apuntando hacia ellas. Pasó la infancia jugando con sus dos amigos, viendo fantasmas y mujeres sombrías en el patio trasero sin despertar ninguna señal de anormalidad para quien lo veía desde fuera. "Mis hermanos que eran tres… Irineu, Emanuel y Jeová, jugaban entre sí, era raro que yo me divirtiera con ellos, porque yo prefería a mis amigos. Escuchando canciones que nunca fueron tocadas y siendo sorprendido por lindas mujeres flotantes y hombres sin cabeza que nadie veía.
Terminando la facultad de Educación Física, se comprometió con su novia de muchas años, Isabel Cristina Torreão Pires, apodada "Bel". En su fiesta de graduación, con su madre, su familia y Bel ahí, notó que nadie percibía que su padre estaba presente también,
Fue cuando estaban viviendo en Olinda (Ciudad del Estado de Pernambuco) que Jorge cuenta que se sintió bien por primera vez. Dejó de tomar sus medicinas, de frecuentar las clínicas psiquiátricas y vivía en una casa sencilla con Isabel y Jessica. Todo cambió cuando una "adolescente malvada" apareció sin ser invitada en la casa para entorpecer la vida de todos. Era una joven que fumaba mucho y que estaba acompañada de carcajadas maligna y sombras extrañas. "Era el mal en persona", escribió Jorge.
Lo peor es que Jorge, debido a sus dificultades mentales, había puesto en su historia a dos Jessicas, una fue su primera victima, la que sería la "Adolescente malvada", mientras que la otra, a la que apreciaban con tanto cariño, en realidad se llamaba Bruna Cristina de Oliveira da Silva.
La Jéssica del plano real es Jéssica Camila da Silva Pereira. Nació y fue criada en Olinda (PE), tuvo una hija estando muy joven y, con 22 años de edad, estaba en busca de empleo cuando desapareció en 2008. Vivía en la calle, por lo que Isabel y Jorge la convencieron de trabajar con ellos como empleada doméstica en su casa, y le dijeron que podía llevar a su hija consigo. En las pocas semanas que vivió ahí, según los padres de Jéssica, fue mantenida como rehén de Jorge. Sólo podía salir del lugar con la condición de dejar a su hija con ellos.
Entre los 3, mataron a Jessica por resistirse a entregarles a su hija, y guisaron su carne, la declaración de Jorge sería que la asesino por su rebeldía y la ropa "escandalosa" que usaba.
La niña, criada por los tres, además de haber visto a su madre ser brutalmente asesinada y descuartizada, fue obligada a comer la carne de las víctimas y la utilizaron como recurso para conquistar la simpatía de las mujeres que querían atraer. En una entrevista desgarradora hecha por TV Record, la niña identificó a Jorge como caníbal y como el asesino de su madre. Ahora, vive con su tía abuela, lejos de los reflectores, después de tantos años bajo el dominio de esos tres asesinos.
Además de todos los elementos surrealistas que constituyen la historia de Jorge, Isabel y Bruna, la información de que la carne de las víctimas fue usada para rellenar las empanadas que Isabel vendida en la ciudad fue la cereza del pastel que despertó la curiosidad de la prensa nacional e internacional.

Según el testimonio de Isabel, la carne también fue consumida como una forma de ritual macabro. Parece que los tres tenían una especie de culto llamado Cartel que predicaba la disminución poblacional y la purificación del mundo. Sus víctimas no eran elegidas por casualidad. Todas eran consideradas mujeres impuras que esparcían el mal y la discordia en la Tierra, y por eso debían ser eliminadas.
Isabel mintió con el reporte de que la carne era vendida por temor a ser agredida en la comisaría, la gente y la población furiosa saqueó , destruyo e incendió la casa del trio asesino, en venganza por todo lo que habían hecho, la policía logro salvar el diario de Jorge y unas cosas anotadas de Bruna, que nunca salió a la luz, los tres fueron enjuiciados y condenados, A Jorge se le descubrió que no tenía enfermedades mentales por lo tanto, debido a sus crímenes y mentir en juicio, lo sentenciaron a 23 años de prisión, a Isabel y Bruna, a 19 años de Prisión, aunque todavía les quedan pendiente otros juicios debido a los asesinatos de Alexandre y Giselly.



"Todo eso que revelé, no soy yo, ni nadie, es sólo mi mente", escribió en el último capítulo de su libro, registrado ante un notario semanas después de la muerte de la tercera víctima.
 
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