Nunca pensé que algo así me podría pasar a mí... Pero aquí estoy, y tengo que contárselo a alguien antes de que sea demasiado tarde. Todo comenzó esta noche, cuando encontré este libro y una vela en mi pasillo. No había nadie en casa, excepto yo. Y junto al libro... una dirección.
Algo en mi interior me decía que no debería ir... pero la curiosidad pudo más que el miedo. La dirección me llevó a una casa abandonada al final de un callejón sin salida. El lugar... se sentía mal. Pero tenía que saber por qué me habían dejado ese libro.
Estaba asustado y sin saber qué hacer. En ese momento, me encontré a una mujer de mediana edad. Con una mirada grave, me contó que esa casa pertenecía a una antigua curandera. Una persona envuelta en misterios, que hacía invocaciones de espíritus a través de la ouija y realizaba más rituales satánicos. Me advirtió del peligro, pero mi curiosidad era más fuerte. Necesitaba respuestas. ¿Por qué me llevaría el libro a este lugar? ¿Qué conexión tenía yo con todo esto?
La puerta de la casa se abrió con un chirrido, invitándome a entrar. Con cada paso que daba hacia dentro, el aire se volvía más pesado, casi como si pudiera sentir la oscuridad envolviéndome. Recordé las palabras de la mujer, pero el miedo me invadió de tal manera que no pude soportar la idea de enfrentarme a lo desconocido. Mi corazón latía con fuerza, cada fibra de mi ser me gritaba que debía huir de ese lugar. Y así lo hice. Con un último vistazo hacia la oscuridad que parecía mirarme desde el interior de la casa, me di la vuelta y corrí como nunca antes lo había hecho.
Algo en mi interior me decía que no debería ir... pero la curiosidad pudo más que el miedo. La dirección me llevó a una casa abandonada al final de un callejón sin salida. El lugar... se sentía mal. Pero tenía que saber por qué me habían dejado ese libro.
Estaba asustado y sin saber qué hacer. En ese momento, me encontré a una mujer de mediana edad. Con una mirada grave, me contó que esa casa pertenecía a una antigua curandera. Una persona envuelta en misterios, que hacía invocaciones de espíritus a través de la ouija y realizaba más rituales satánicos. Me advirtió del peligro, pero mi curiosidad era más fuerte. Necesitaba respuestas. ¿Por qué me llevaría el libro a este lugar? ¿Qué conexión tenía yo con todo esto?
La puerta de la casa se abrió con un chirrido, invitándome a entrar. Con cada paso que daba hacia dentro, el aire se volvía más pesado, casi como si pudiera sentir la oscuridad envolviéndome. Recordé las palabras de la mujer, pero el miedo me invadió de tal manera que no pude soportar la idea de enfrentarme a lo desconocido. Mi corazón latía con fuerza, cada fibra de mi ser me gritaba que debía huir de ese lugar. Y así lo hice. Con un último vistazo hacia la oscuridad que parecía mirarme desde el interior de la casa, me di la vuelta y corrí como nunca antes lo había hecho.