El viernes pasado decidí ir al cine a ver una película que la crítica calificaba como buena, se llama The outwaters, yo en lo personal no la disfruté mucho porque es la clásica película con cámara en mano que deja todo documentado de un suceso terrible, es un terror de tipo inmersivo en el cual es difícil comprender lo que sucede, aunque pongas el 100% de atención y la trama va muy lenta. Aunque en esta ocasión, no quiero poner gran interés en hablar de la película sino más bien de un suceso que en verdad me dejó una extraña sensación, pues resulta que compré un par de boletos cerca de dos horas antes de que empezara la película, la sala estaba vacía en el mapa de asientos casi en su totalidad a excepción del asiento central de la última fila. Ese es el asiento que queda ubicado en el pasillo, no obstante, creí que Cinemex lo había hecho a propósito por algún tema en particular.
Cabe resaltar que esa sucursal la había visitado alguna vez años atrás, pero no es mi sucursal predilecta, así que llegamos, compramos palomitas y nos dirigimos a la sala porque era algo tarde. Las luces ya se habían puesto en modalidad de media luz y estaban los avances de otras películas. Nuestros asientos estaban en la quinta fila pegados al pasillo y al comenzar a subir las escaleras, hubo algo que de inmediato atrapó nuestra atención porque la sala seguía vacía a excepción del asiento central de la última fila. Ahí estaba sentada lo que creíamos que era una mujer que vestía una gabardina de color obscuro con gorro, el cual traía puesto cubriendo su cabeza; además en la cara usaba un tipo de bandana para cubrir su nariz y boca, como las que usan los ciclistas para el frío, unos lentes de sol y traía colocado un sombrero café tipo veraniego, aunado a ello, en la mano traía una sombrilla, de las largas y grandes. Eso nos pareció muy extraño porque eran las 8:30 p.m., pero aun así, nos sentamos en nuestros asientos y comenzamos a comer palomitas mientras empezaba la película.
Durante un buen rato todo fue bien, hasta que comenzamos a escuchar que estaba hablando con alguien, ya que parecía cruzar varias frases en voz alta y nosotras quisimos creer que iba con alguien más, eso luego de unos minutos ya nos había perturbado un poco hasta que de pronto escuché unos pasos fuertes junto a mí, se trataba de ella, no obstante, no había escuchado sus pasos hasta que llegó junto a mí y me pegó un gran susto. Había algo en ella que nos causaba un poco de temor. Lo único bueno y que pensamos en ese momento, es que se había aburrido de la película ya que llevaba una trama super lenta y había abandonado la sala.
Eso pensábamos hasta que luego de unos veinte minutos, la mujer reapareció y comenzó a subir las escaleras. Se paró junto a nuestros asientos, volteó a vernos por unos segundos lo cual nos resultó bastante escalofriante porque se sentía una vibra muy pesada y enseguida giró hacia la pantalla para supuestamente seguir viendo la película. Yo no podía dejar de mirarla esperando a ver cuál era su siguiente movimiento, hasta que de pronto subió casi corriendo las escaleras. Una vez arriba seguía hablando a la nada, porque ya nos habíamos cerciorado de que todos los asientos estuvieran vacíos en la sala. A partir de ese momento la situación se tornó completamente perturbadora, pues sentíamos que alguien estaba parado detrás de nosotras y ya estábamos expectantes para ver qué más hacía y que no fuera a acercarse hasta donde estábamos.
Al terminar la película, era tanta la energía extraña que sentíamos, que nos salimos de inmediato y decidimos quedarnos en la entrada de la sala para verla ya con luz e igual tomarle una foto. Estuvimos cerca de veinte minutos, entraron a limpiar la sala y la mujer nunca salió de ese lugar. Ya no volvimos a asomarnos a la sala, pero nos dejó una extrañeza y susto muy grande, tanto que nos llegamos a cuestionar si ella había sido real.
Cabe resaltar que esa sucursal la había visitado alguna vez años atrás, pero no es mi sucursal predilecta, así que llegamos, compramos palomitas y nos dirigimos a la sala porque era algo tarde. Las luces ya se habían puesto en modalidad de media luz y estaban los avances de otras películas. Nuestros asientos estaban en la quinta fila pegados al pasillo y al comenzar a subir las escaleras, hubo algo que de inmediato atrapó nuestra atención porque la sala seguía vacía a excepción del asiento central de la última fila. Ahí estaba sentada lo que creíamos que era una mujer que vestía una gabardina de color obscuro con gorro, el cual traía puesto cubriendo su cabeza; además en la cara usaba un tipo de bandana para cubrir su nariz y boca, como las que usan los ciclistas para el frío, unos lentes de sol y traía colocado un sombrero café tipo veraniego, aunado a ello, en la mano traía una sombrilla, de las largas y grandes. Eso nos pareció muy extraño porque eran las 8:30 p.m., pero aun así, nos sentamos en nuestros asientos y comenzamos a comer palomitas mientras empezaba la película.
Durante un buen rato todo fue bien, hasta que comenzamos a escuchar que estaba hablando con alguien, ya que parecía cruzar varias frases en voz alta y nosotras quisimos creer que iba con alguien más, eso luego de unos minutos ya nos había perturbado un poco hasta que de pronto escuché unos pasos fuertes junto a mí, se trataba de ella, no obstante, no había escuchado sus pasos hasta que llegó junto a mí y me pegó un gran susto. Había algo en ella que nos causaba un poco de temor. Lo único bueno y que pensamos en ese momento, es que se había aburrido de la película ya que llevaba una trama super lenta y había abandonado la sala.
Eso pensábamos hasta que luego de unos veinte minutos, la mujer reapareció y comenzó a subir las escaleras. Se paró junto a nuestros asientos, volteó a vernos por unos segundos lo cual nos resultó bastante escalofriante porque se sentía una vibra muy pesada y enseguida giró hacia la pantalla para supuestamente seguir viendo la película. Yo no podía dejar de mirarla esperando a ver cuál era su siguiente movimiento, hasta que de pronto subió casi corriendo las escaleras. Una vez arriba seguía hablando a la nada, porque ya nos habíamos cerciorado de que todos los asientos estuvieran vacíos en la sala. A partir de ese momento la situación se tornó completamente perturbadora, pues sentíamos que alguien estaba parado detrás de nosotras y ya estábamos expectantes para ver qué más hacía y que no fuera a acercarse hasta donde estábamos.
Al terminar la película, era tanta la energía extraña que sentíamos, que nos salimos de inmediato y decidimos quedarnos en la entrada de la sala para verla ya con luz e igual tomarle una foto. Estuvimos cerca de veinte minutos, entraron a limpiar la sala y la mujer nunca salió de ese lugar. Ya no volvimos a asomarnos a la sala, pero nos dejó una extrañeza y susto muy grande, tanto que nos llegamos a cuestionar si ella había sido real.